Apuntes resumiendo el libro titulado "¿Qué enseña realmente la biblia?" de la editorial Watchtower del 2005

  ▪ Dios se interesa personalmente por usted (1 Pedro 5:7).

▪ El nombre de Dios es Jehová (Salmo 83:18).

▪ Jehová lo invita a acercarse a él (Santiago 4:8).

▪ Jehová es un Dios de amor, bondad y misericordia (Éxodo 34:6; 1 Juan 4:8, 16).

▪ Dios inspiró la Biblia, y por eso es exacta y confiable (2 Timoteo 3:16).

▪ Los consejos de la Biblia son prácticos para la vida diaria (Isaías 48:17).

▪ Las promesas de Dios que se hallan en la Biblia se cumplirán sin falta (Números 23:19).

▪ Dios cumplirá su propósito de convertir la Tierra en un paraíso (Isaías 45:18; 55:11).

▪ Satanás es quien gobierna el mundo en la actualidad (Juan 12:31; 1 Juan 5:19).

▪ Cuando llegue el nuevo mundo, Dios colmará a la humanidad de bendiciones (Salmo 37:10, 11, 29).

▪ Tanto las profecías bíblicas que se cumplieron en Jesús como el testimonio que Jehová mismo dio prueban que él es el Mesías, o Cristo (Mateo 16:16).

▪ Jesús vivió en el cielo como criatura espiritual mucho antes de venir a la Tierra (Juan 3:13).

▪ Jesús fue un maestro, un hombre tierno y cariñoso, y un ejemplo de obediencia perfecta a Dios (Mateo 9:35, 36).

▪ El rescate es el medio que Jehová utiliza para liberar del pecado y la muerte a la humanidad (Efesios 1:7).

▪ Jehová proporcionó el rescate enviando a la Tierra a su Hijo unigénito para que muriera por nosotros (1 Juan 4:9, 10).

▪ Gracias al rescate tenemos el perdón de los pecados, una conciencia limpia y la esperanza de vivir eternamente (1 Juan 1:8, 9).

▪ Podemos demostrar que agradecemos el rescate conociendo mejor a Jehová, teniendo fe en el sacrificio de Jesús y asistiendo a la Cena del Señor (Juan 3:16).

▪ Los muertos no ven ni oyen ni piensan (Eclesiastés 9:5).

▪ Los muertos están descansando; no sufren ni sienten dolor (Juan 11:11).

▪ Morimos porque hemos heredado de Adán el pecado (Romanos 5:12).

▪ Los relatos bíblicos de resurrecciones nos dan una esperanza segura (Juan 11:39-44).

▪ Jehová tiene el intenso deseo de resucitar a los muertos (Job 14:13-15).

▪ Dios resucitará a todos los que están en la sepultura colectiva de toda la humanidad (Juan 5:28, 29).

▪ El Reino de Dios es un gobierno celestial. El Rey es Jesucristo, y junto con él gobernarán 144.000 personas elegidas de entre la humanidad (Revelación 14:1, 4).

▪ El Reino empezó a gobernar en 1914, y después de eso Satanás fue expulsado del cielo y arrojado a la Tierra (Revelación 12:9).

▪ El Reino de Dios destruirá pronto los gobiernos humanos y convertirá la Tierra en un paraíso (Revelación 16:14, 16).

▪ Los últimos días están marcados por guerras, escasez de alimentos, terremotos y enfermedades (Mateo 24:7; Lucas 21:11).

▪ En los últimos días, muchas personas se aman a sí mismas y aman el dinero y los placeres, pero no a Dios (2 Timoteo 3:1-5).

▪ Durante estos últimos días, las buenas nuevas del Reino se están predicando por toda la Tierra (Mateo 24:14).

▪ Los ángeles fieles ayudan a los siervos de Jehová (Hebreos 1:7, 14).

▪ Satanás y sus demonios engañan a la gente y la apartan de Dios (Revelación 12:9).

▪ Si hace la voluntad de Dios y se opone al Diablo, este huirá de usted (Santiago 4:7, 8).

▪ Dios no es el causante de las cosas malas que suceden (Job 34:10).

▪ Al afirmar que Jehová es un mentiroso y que impide que sus súbditos disfruten de cosas buenas, Satanás puso en duda que Dios tenga derecho a gobernar (Génesis 3:2-5).

▪ Jehová utilizará a su Hijo, el Gobernante del Reino mesiánico, para eliminar el sufrimiento y para reparar el daño que ha causado la rebelión (1 Juan 3:8).

▪ Si obedece a Dios, usted puede ser su amigo (Santiago 2:23).

▪ Satanás ha puesto en duda la lealtad de todos los seres humanos (Job 1:8, 10, 11; 2:4; Proverbios 27:11).

▪ Debemos evitar las conductas que desagradan a Dios (1 Corintios 6:9, 10).

▪ Para complacer a Jehová tenemos que odiar lo que él odia y amar lo que él ama (Romanos 12:9).

▪ La vida es un regalo de Dios (Salmo 36:9; Revelación 4:11).

▪ Está mal abortar, pues la vida de la criatura no nacida tiene mucho valor para Dios (Éxodo 21:22, 23; Salmo 127:3).

▪ Mostramos respeto por la vida si no la ponemos en peligro y si no comemos sangre (Deuteronomio 5:17; Hechos 15:28, 29).

▪ El esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo (Efesios 5:25-29).

▪ La esposa tiene que amar a su familia y respetar a su esposo (Tito 2:4, 5).

▪ Los padres deben amar, enseñar y proteger a sus hijos (Deuteronomio 6:4-9).

▪ Los hijos tienen que obedecer a sus padres (Efesios 6:1-3).

▪ Hay una sola religión verdadera (Mateo 7:13, 14).

▪ La religión verdadera se reconoce por sus enseñanzas y prácticas (Mateo 7:16, 17).

▪ Los testigos de Jehová practican la religión que Dios aprueba (Isaías 43:10).

▪ En la adoración verdadera no hay lugar para las imágenes ni para el culto a los antepasados (Éxodo 20:4, 5; Deuteronomio 18:10-12).

▪ Dios no aprueba que participemos en fiestas que tengan origen pagano (Efesios 5:10).

▪ Los cristianos verdaderos deben explicar sus creencias con tacto (Colosenses 4:6).

▪ Si oramos regularmente a Jehová, nos acercaremos más a él (Santiago 4:8).

▪ Para que Dios nos escuche, debemos orar con fe, humildad y sinceridad (Marcos 11:24).

▪ Debemos orar únicamente a Jehová por medio de su Hijo (Mateo 6:9; Juan 14:6).

▪ Jehová, el “Oidor de la oración”, contesta las oraciones mediante sus ángeles, los seres humanos que le sirven, su espíritu santo y su Palabra (Salmo 65:2).

▪ El bautismo cristiano no se realiza rociando a la persona con agua, sino sumergiéndola completamente en agua (Mateo 3:16).

▪ Para bautizarse, primero hay que adquirir conocimiento y mostrar fe, y luego arrepentirse, convertirse y dedicarse a Dios (Juan 17:3; Hechos 3:19; 18:8).

▪ Para dedicarse a Jehová, uno debe repudiarse a sí mismo, como hicieron los primeros seguidores de Jesús (Marcos 8:34).

▪ El bautismo simboliza que la persona “muere”, es decir, que abandona su estilo de vida anterior, y que a partir de ese momento vive para hacer la voluntad de Dios (1 Pedro 4:2).

▪ El verdadero amor a Dios se demuestra obedeciendo sus mandamientos y poniendo en práctica sus principios (1 Juan 5:3).

▪ Para permanecer en el amor de Dios tenemos que estudiar su Palabra, orarle desde el corazón, enseñar a los demás quién es él y adorarlo en las reuniones cristianas (Mateo 24:14; 28:19, 20; Juan 17:3; 1 Tesalonicenses 5:17; Hebreos 10:24, 25).

▪ Los que permanezcan en el amor de Dios disfrutarán de la vida de verdad (1 Timoteo 6:12, 19; Judas 21).

 

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